Andares Políticos / Sexenio de escándalos y frivolidades

Benjamín Torres Uballe
@BTU15

Los escándalos llegaron y se convirtieron en parte intrínseca de la administración del presidente
Enrique Peña Nieto. El más “célebre” es, sin duda, el de la Casa Blanca, pero el que lo bajó del
pedestal y terminó con la luna de miel fue el lamentable caso Iguala, con la desaparición de los
normalistas. Ambos asuntos persiguen al mandatario a todas partes, dentro y fuera del país.

Aún resuenan en la memoria colectiva otros deplorables actos realizados por funcionarios del
equipo presidencial. Como David Korenfeld, a la sazón director de la Comisión Nacional del Agua,
quien se vio obligado a renunciar tras ser exhibido por un ciudadano cuando usó un helicóptero de
la dependencia para asuntos personales. Sólo el revuelo en las redes sociales logró su salida.

No hay que olvidar tampoco a Lady Profeco, cuya gala de prepotencia e influyentismo en un
restaurante de la Ciudad de México ocasionó que despidieran a su papito, Humberto Benítez
Treviño,  titular de la Procuraduría Federal del Consumidor. Nuevamente las redes sociales jugaron
un papel primordial al difundir ampliamente el berrinche y abuso de la joven Andrea Benítez.

Hoy, quien está en el ojo del huracán es otro amigo del señor Presidente: Alfredo Castillo
Cervantes, experto en todo y de capacidades asombrosas, pues lo mismo puede desempeñarse
como procurador de Justicia del Estado de México, de asesor en la PGR, incluso ser procurador del
Consumidor, o desarrollar una incuestionable tarea en el convulso Michoacán con el todopoderoso
nombramiento de comisionado para la Seguridad y Desarrollo Integral. ¿Qué tal?
Sucede que don Alfredo —sí, el mismo del inverosímil caso de la niña Paulette Gebara Farah—, por
méritos indiscutibles y a ese talento envidiable que posee, ahora merced a su deslumbrante
trayectoria, es el director de la Comisión Nacional del Deporte (Conade), donde llegó a enfrentarse
con no pocos directivos y a romper años de “inercias lesivas”. Había llegado la anhelada justicia.

Tal vez exhausto de tan agotador ajetreo en la Conade, es que este consentido de Peña Nieto
decidió llevar a su masajista a la justa olímpica en Río de Janeiro (http://eluni.mx/2aNqUJJ). Es
necesario un poco de comprensión para esta clase de sufridos burócratas, pues los altos salarios
que perciben y las vastas prerrogativas no compensan el esfuerzo extraordinario que realizan en
aras de la patria.

Por lo tanto, pretender abrumarlo con la insensata necedad de exigirle resultados puede herir sus
sentimientos y tal vez de quien insiste en colocarlo en posiciones de la administración pública. Que
si Castillo Cervantes se pasea románticamente con su “pareja” (por cierto que—me aclara mi
amigo David Luján— sólo tienen pareja los policías, ladrones y algún futbolista), es un asunto
meramente personal y no incumbe a la opinión pública. Claro, mientras no sea con cargo al erario.

Si, además, este multifuncional directivo coloca a sus amigos en altos puestos de la Conade (
http://eluni.mx/2aNqUJJ), ¿qué tiene de malo? No es el único en el gobierno. El nepotismo y
amiguismo son práctica común de quienes arriban a un puesto público. Entonces, no se explica
uno por qué la insistencia inhumana de señalar con el dedo ese privilegio de Alfredo Castillo.

Pero una tremenda exageración sí lo es, sin duda, el increíble hecho de pedirle cuentas por los
lamentables y risibles resultados de la delegación mexicana en los Juegos Olímpicos. Hombre, él
sólo sigue la línea de todo político mexicano: la opacidad; la costumbre ancestral de no rendir
cuentas a nadie, menos a los contribuyentes; éstos deben concretarse únicamente a pagar sus
impuestos, en qué y cómo se despilfarran ése no es asunto que les incumba. Vaya insensibilidad.

Muchos son los que piden la cabeza del director de la Conade por los desastrosos resultados de
nuestros atletas en Río de Janeiro. No obstante, el cumplimiento de dicha exigencia parece
improbable, la protección presidencial aún pesa mucho —a pesar de los bajos niveles de
aprobación ciudadanos—, y si no que le pregunten a Aurelio Nuño Mayer, que no obstante el lío
que armó con la Coordinadora, ¡ahí sigue!, como secretario de Educación Pública (de papel, pero
secretario al fin).

Concluirán las competencias olímpicas, se diluirá el hostigamiento en las redes sociales, los medios
se ocuparán de asuntos más rentables y Alfredo Castillo continuará “sirviendo” al deporte nacional
con toda su inteligencia e integridad mientras su jefe y amigo, desde Los Pinos, no le asigne otra
estratégica encomienda que ayude a detonar por fin la esperada grandeza de esta sufrida nación.

El PEJE Y SUS ETERNAS DESCALIFICACIONES

No sorprende la reacción de Andrés Manuel López Obrador a la encuesta del periódico Reforma
publicada el pasado domingo, que coloca en primer lugar a Margarita Zavala (PAN) con 26 por
ciento de las preferencias rumbo al 2018, mientras que al tabasqueño lo ubica en segunda posición
con 24 por ciento.
“La encuesta cuchareada del Reforma me hizo recordar al periódico de don Porfirio, El Imparcial,
que siempre estaba en contra de opositores”, escribió ese mismo día el Rayito de esperanza en su
cuenta de Twitter (@lopezobrador). ¿Alguien esperaba otra cosa del coherente señor Obrador?

 

Benjamín Torres Uballe55 Posts

Benjamín Torres Uballe es autor de la columna 'Andares Políticos' que se publica en diversos medios digitales en la República Mexicana. Es apasionado de México, aficionado irredento al futbol, le gusta leer, oír música, conversar y caminar sin rumbo. Alucina a los gandallas.

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