Cuenta regresiva

Vianey Lamas
Escritora independiente
@Vianey_Lamas

La cuenta regresiva ha comenzado para que Donald Trump tomé posesión como presidente de los Estados Unidos de América. Al mismo tiempo, la situación política, económica y social de México se cimbra. Me llamó mucho la atención leer que las acciones de las empresas suben y bajan de acuerdo a los comentarios del Sr. Trump y ni qué decir del peso que también tiembla cuando va a dar una conferencia de prensa. El miércoles, el presidente electo insistió en que “México, de alguna manera, y hay muchas, nos va a reembolsar el costo del muro”. Es decir, ya da por hecho la construcción, lo que esperará son las negociaciones del pago, asimismo mantiene su postura de “castigar” a las empresas que inviertan en México. Con estas declaraciones el dólar cerró en $22.15 y eso que aún no ha tomado posesión de su puesto.

Donald Trump me parece un personaje caricaturesco. Como que estaba aburrido de ser millonario, entonces quiso jugar a ser presidente y ganó.  Ahora está a unos días de asumir el importante cargo. Todos los ojos están puestos en el 20 de enero y la incertidumbre se pasea por todo el globo terráqueo.

Más que miedo, a mí me da curiosidad. ¿Qué pasará?  A nuestra generación le ha tocado ver de todo. Hemos sido testigos de grandes e inimaginables sucesos que ya forman parte de la historia moderna. ¿Habremos de dar testimonio de la tercera guerra mundial? ¿Cumplirá su periodo o el destino le tendrá una carta guardada? Este mundo caótico, sin duda es un reflejo de lo que somos como humanidad. ¿Hasta dónde tendremos que llegar para que la masa crítica se incline al bien colectivo? ¿Será este hombre quien nos lleve al borde del abismo para reconocernos como habitantes del mismo planeta? ¿Terminará siendo paradójicamente su intolerancia quien nos llame a la armonía como raza humana? El tiempo nos dará las respuestas.

Mientras tanto en nuestra querida tierra azteca, las protestas no se hicieron esperar frente al gasolinazo.  Quién sabe qué estaba pensando el presidente Peña Nieto cuando creyó que los mexicanos íbamos a aceptarlo sin chistar y es que el aumento pega directamente en la economía de los hogares y el poder adquisitivo de los ciudadanos. Si no hubiera tanta corrupción, impunidad, exoneraciones ridículas, saqueo del erario público, megalomanía de la clase política y más de cincuenta y cinco millones de pobres en nuestro país, quizás hubiéramos comprendido y aceptado el aumento, pero llegó a ser la chispa que encendió el enojo colectivo. ¿Se extinguirá nuestro hartazgo o se encenderá la insurrección creativa? ¿Habrá llegado nuestra primavera mexicana o todavía somos capaces de soportar otros años de nefastos gobiernos?

La historia nos enseña que existen causas internas y externas para dar origen a una revolución. No quiero ser fatalista pero las condiciones que en este momento estamos viviendo, bien podrían ser el suelo fértil para un movimiento social en un futuro cercano. ¿Estaremos también en cuenta regresiva?

No promuevo la violencia y deseo con todo mi corazón la luz para México pero también estoy hasta la madre.

 

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