Diversificación olímpica

Israel Quiñones
@IsraelQDigital

Este viernes pasado dieron comienzo los juegos olímpicos de Rio de Janeiro y con ellos una serie de eventos extraños que van desde el ramo de los negocios hasta la convulsión social en aquella nación latinoamericana, con todo lo que esto implica, dejando con una mala imagen al gobierno encabezado por Temer, después de la destitución temporal de Dilma Rousseff.

En México el asunto va en torno a las televisoras y telecomunicaciones, ya que otro capítulo ha sido abierto con la justa olímpica. Slim adquirió los derechos de transmisión de estos juegos desde 2013 por medio de la empresa “Claro” en 17 países de América Latina, incluido nuestro país entre ellos.

Este tema de la transmisión de los juegos olímpicos ha implicado distintas aristas, ya que dejó fuera al duopolio televisivo de Televisa y Tv Azteca. Empresas que en el ramo de la televisión abierta no han visto la suya, ya que en términos publicitarios, la justa olímpica representa más de 45 mil millones de pesos, según los reportes de ambas televisoras con Londres 2012.

Slim realizó una jugada impresionante con la adquisición de los derechos de transmisión de este evento internacional, además de consolidar la plataforma de Clarosports, ofreciendo contenidos multimedia tanto por internet, como por el sistema satelital Dish, además de obsequiar la señal a la las televisoras públicas de canal 11 y canal 22, respectivamente.

El espectáculo de también se fue a los canales de televisión de paga Fox Sports y ESPN, en los que actualmente sus directores de contenidos son de aquellos que fueron despreciados por el duopolio televisivo mexicano y que hoy en día van a la cabeza en la preferencia de las audiencias.

Valdría la pena analizar más a fondo el tema de lo que realmente representa la multiplataforma por la que la gente está prefiriendo ver la justa olímpica y no sólo eso, sino la traducción en ingresos económicos para estas empresas encabezadas por América Móvil, que de buena o mala manera ha comenzado a incursionar en el tema de contenidos a pesar de las restricciones que le han sido impuestas por el regulador IFT en México, sin embargo, el internet se ha convertido en el canal que la empresa del magnate mexicano Carlos Slim ha podido competir en este ramo por medio de UNOtv y Claro.

El golpe económico a Tv Azteca y Televisa ha sido fuerte, pues a pesar del desdén que  ambos consorcios de las telecomunicaciones han mostrado por este evento deportivo, no se puede negar que los ingresos monetarios perdidos, son cuantiosos y de cierta forma necesarios para mantener la viabilidad de dichas empresas, que según los últimos reportes en la bolsa mexicana de valores, sus ingresos han ido a la baja en el ramo de publicidad en la televisión abierta.

Es innegable que la guerra de las telecomunicaciones ha surtido un nuevo revés en el modelo de negocios de las telecomunicaciones y está obligando al cambio vertiginoso en los canales para la distribución de contenidos en materia de entretenimiento e información que la población mexicana está prefiriendo hoy en día.

Si bien es cierto que este cambio en el modelo de negocios en el ramo de consumo de contenidos ya tiene tiempo que comenzó un cambio revolucionario con la incursión de Netflix en el mercado, también es notable el entendimiento que ha mostrado Carlos Slim y sus empresas para incursionar en está competida plataforma que es el internet.

Tendremos que esperar pues, a que la justa olímpica llegue a su fin y realizar un análisis exhaustivo de que es lo que las audiencias prefirieron ver y en que plataforma, pues la diversificación de las plataformas para el consumo de contenidos ha sido estrepitosa, además de que se volvió de fácil acceso para casi cualquier persona.

Es también conveniente observar si América Móvil consigue retener al público ganado en su multiplataforma y con ello convertirse en  adversario serio en el mercado de contenidos informativos y deportivos ante el duopolio que el estado mexicano ha decidido apoyar a modo de pago de factura por la elección de 2012.

Por otro lado y para finalizar esta columna, bastaría con observar la tendencia represiva y de cerco informativo que el gobierno brasileño ha encauzado con el tema de las protestas e inseguridad que domina en las calles y estadios de Rio, muy pocos medios han volteado a ver está realidad que golpea a la política brasileña y que está semana decide el destino de Rousseff en el gobierno de la nación latinoamericana.

 

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