Hace unos días fui a una reunión de periodistas con el vocero de la Arquidiocesis de Xalapa Manuel Suazo Reyes. El tema fue la frase agregada a la Constitución local respecto de la defensa de la vida desde el momento de la concepción.

Usted ya sabe, eso ha motivado manifestaciones a favor y en contra e incluso hay enojo por la intromisión de la iglesia en asuntos que competen al Estado que es laico.

Incluso califican a los católicos que participaron en la marcha a favor de la vida…de acarreados.

El enojo deriva de la presión que hace la iglesia católica para que tal reforma sea aprobada.

En esa reunión el sacerdote Manuel Suazo comentó que no, no están a favor de la criminalización de la mujer, se está a favor de la vida y de la educación con valores, con información. Habló de fe y de un principio que rige a la iglesia: la vida.

Obvio hay muchas cosas que cuestionarle a la iglesia.

Déjeme decirle que esto será un cuento de nunca acabar.

Por otra parte de las organizaciones de mujeres que están a favor del derecho a decidir y del aborto, en Veracruz, no he escuchado nada respecto de prevenir, de informar, de educar a las mujeres niñas en la sexualidad para evitar embarazos a temprana edad.

Tampoco les he visto una propuesta para que se creen los protocolos de atención a las mujeres víctimas de una violación y evitar el embarazo, o de atención a menores de edad abusadas que quedan embarazadas ya sea para interrumpir el embarazo o asegurarles la atención médica y manutención.

Tampoco las he visto exigir que se construyan casas de atención integral para menores embarazadas o para mujeres que sufren de violencia doméstica.

El problema del aborto existe, está ahí desde hace muchos años. Pero no se buscan soluciones, sólo se radicaliza el tema. Se aborta o no se aborta, es el único dilema.

El responsable de todo esto es el Estado laico porque nada más no actúa.

La iglesia presiona y el Estado laico le hace caso a cambio de algo, tampoco es gratuito, y se trata de la manipulación de la grey para….obtener votos, entre otras cosas. La iglesia puede decir misa y querer imponer su poder pero el Estado es el que gobierna y es su decisión ceder o actuar.

Al Estado le corresponde aplicar la ley y sancionar cualquier delito previsto en la ley. En el caso de las violaciones, la mayoría quedan impunes. El abuso a menores igual y la violencia también.

La educación en valores y principios es una potestad de los padres pero se complementa con la que brinda el Estado, y ni unos ni otros. Padres sin educación ni valores crearán hijos sin educación y sin valores, ahí entra la escuela.

El Estado ha sido omiso en muchas cosas y los problemas han crecido. El aborto sigue siendo un problema y seguimos discutiendo sobre el punto.

¿Alguna solución?

Propongo, por lo pronto, que las mujeres tomen una decisión sobre su cuerpo y digan NO al novio, marido o amante que no use condón o no se esterilice. Si ese hombre les quiere imponer su voluntad digan No y denúncienlo si las agrede, si amenaza con terminar la relación, pues que la termine.

Digan No a la indolencia de dejar a las hijas menores de edad sin atención y permitir con ello que se inicien en la actividad sexual a muy temprana edad. Sobre todo, digan NO, NO y NO al abuso sexual, vigilen a sus parejas, salvaguarden a sus hijas, pidan ayuda, denuncien y exijan de su iglesia y del Estado que actúen en la defensa de su derechos. Cuiden con amor a sus hijas y a los hijos.

Todo pasa porque lo permitimos y cada acto que realizamos tiene una consecuencia para bien o para mal. Actuemos para que las consecuencias sean positivas y demandemos al Estado a hacer lo que le manda la ley.

Creo que a las mujeres nos hace falta unir esfuerzos para exigir al Estado el cumplimiento de sus obligaciones, entre otras, salvaguardar la vida y el buen desarrollo de las mujeres. Nos ha hecho falta unirnos e informarnos para evitar que muchas mujeres permitan los abusos y hasta los promuevan. Nos hace falta dejar de educar machos y sonreír cuando el hijo abusa de la nuera.

Nos hace falta dejar de salir en las fotos y crear grupos, como lo hace la iglesia, para apoyar a las mujeres en problemas.

Nos hace falta ser solidarias, realmente solidarias, he ahí el dilema.