@IsraelQDigital

Mientras que de fondo escucho la pelea verbal entre los presidentes del PRI, Manlio Fablio y del PAN, Ricardo Anaya, me doy cuenta de la debacle de los partidos políticos en México. Todo esto después de la jornada electoral del 5 de junio, en donde el mayor ganador fue el abstencionismo.

Es indiscutible que la cerrazón de los partidos ha colaborado al enojo social que impera, sin embargo, el abstencionismo ha colaborado con la implementación del voto corporativo de las grandes maquinarias electorales de los partidos políticos en los estados donde se llevaron a cabo elecciones para gobernador, para renovar legislativos locales y el constituyente de la Ciudad de México.

He quedado atónito ante las declaraciones de que daban los candidatos, es decir, todos se declaraban ganadores casi al mismo tiempo, además, de que las cifras del INE, no generan confianza en los usuarios de redes sociales, aspecto que es de llamar la atención, ya que se ratifica la caída de la confianza del electorado en su arbitro central electoral.

La cuestión aquí es: ¿Hacia dónde marca la tendencia para el 2018? Y la respuesta es que hay un resurgimiento de Acción Nacional de la mano del PRD, ya que las entidades ganadas más importantes fueron gracias a una alianza electoral algo extraña, pues a final de cuentas, los principios geográfico-políticos e ideológicos de dichas instituciones, son completamente antagonistas y no determinan un fin común en la manera de hacer política, mucho menos en la de gobernar.

Lo anterior marca, una división muy franca del pastel electoral nacional, es decir, que los partidos principales han decidido marcar la hegemonía electoral de forma salomónica y con ello, mantener estables y gobernables a las entidades con mayor descontento político, como lo son Veracruz y Quintana Roo.

Por otro lado tenemos a MORENA, que al final no obtuvo más que la victoria en la conformación del constituyente de la Ciudad de México, sin embargo, demostró contar con un arrastre importante en las entidades que se encontraban en disputa. Tal es el caso de Veracruz, en donde por momentos, el candidato de MORENA se vio arriba en el conteo rápido, cosa que no duro mucho, pero mantuvo un  porcentaje importante del voto estatal y esto se replicó en varios espacios, mostrando un crecimiento en estructura en todo el país.

Lo que aquí debemos observar con detenimiento, es el desarrollo del proceso durante las próximas horas, ya que este será de vital importancia para la gobernabilidad en los estados para los siguientes años, además de que estos resultados marcan tendencia para el 2018, por más que este hecho se quiera dejar inadvertido, la caída del priismo en sus bastiones es innegable, así como el experimento de la alianza PRD-PAN, puede ser la fórmula que lleve al candidato o candidata blanqui-azul al poder en 2018.

Un horizonte enrarecido es el que podemos apreciar, pues con el panorama mostrado después de este domingo, la arquitectura electoral del partido en el poder debe cambiar dramáticamente su accionar político, el cual ha mostrado muy poco beneficio electoral para su causa, muy por el contrario, ha resucitado al PAN, al PRD y a su vez le da fuerza creciente a MORENA.

No es para menos la preocupación que hay en la Avenida Insurgentes de la Ciudad de México, dentro del CEN priista, aunque su líder nacional pueda decir que se trató de una derrota calculada y a su vez, afirmar que se trata de daños colaterales por las malas administraciones ejercidas en dichas entidades, sin embargo, el descontento social con las huestes del revolucionario institucional se puede palpar en las calles del país y hoy, lo podemos ver en las urnas regidas en el centralismo del INE.

No sólo se trata de una contienda, se trata de repartición territorial del poder y al mismo tiempo de una alternancia cuantificada y tal vez dosificada, pero la realidad es brutal, ya que demuestra que esto huele a una competencia férrea por la presidencia de la república para el 2018.

Posdata: 5 de junio, ni perdón, ni olvido. Sonora se marcó con la muerte de 49 niñas y niños en la Guardería ABC. Retomando al maestro Germán Dehesa:

¿Qué tal durmió, Margarita Zavala, Eduardo Burs, Claudia Pavlovich?