Moisés Mora Cortés
@moisesmorac

Aunque la esperanza apremia también a la paciencia, y cada vez más los ciudadanos de bien esperamos manifestaciones de que efectivamente los malos son menos en nuestra sociedad, el cruel repunte de la delincuencia junto con la ineficiencia de las autoridades para frenarla (actúan como si fuera consideración pre-electoral) y la aparición de contemporáneos justicieros que parecieran responder a la intensa demanda de justicia, nos envían peores señales de anarquía… al menos hasta que un nuevo Tlatoani tome el control hacia diciembre del 2018.

Es entonces que surge la duda, si en realidad somos más los buenos con respecto a los que insisten en la maldad como modo de vida, puesto que si así fuera, los hechos delictivos serían la excepción y no la regla como ahora, al igual que el espíritu por cumplir con las leyes y no pasar por encima de ellas, como cotidianamente se ha vuelto una costumbre.

Si fueran más los buenos, la evasión fiscal no llegaría a niveles históricos de 75% como sufre ahora Hacienda; si fueran más los buenos, no tendrían porque existir comunidades enteras del país a las que ninguna autoridad pueda ingresar y mucho menos ejercer el estado de derecho.

Si fueran más los buenos, no tendría que generalizarse el desempleo, los bajos salarios, las cada vez menos existentes prestaciones, los contratos leoninos, los horarios criminales, o peor aún, las autoridades laborales incompetentes y coludidas con los patrones y coyotes.

Si fueran más los buenos, no tendríamos los extraordinarios e históricos índices de corrupción e impunidad que hoy en día enfrentamos, y mucho menos vivir en condiciones cavernícolas en donde se atacan unos contra otros, como si fuera una despiadada selva. ¿Y Usted todavía cree que somos más los buenos?