“Fracaso de todos”.

EL LADO BRUSCO

Fabricio Brusco

Con un gol a favor y cinco en contra en tres partidos jugados, la Selección Mexicana Sub-20 quedó eliminada en la primera ronda del Mundial que se disputa actualmente en Polonia. Si este, que es uno de los fracasos más grandes de la historia reciente de las selecciones menores no hace a los clubes revisar la manera en la que llevan a los juveniles, nada lo hará.

Sería un error creer que esta selección hizo este papelón porque los jugadores son de un bajo nivel, son una “mala generación” o porque no están a la altura, ya que si hacemos un recuento de los jugadores que participaron en este mundial, nos encontraremos con que solo dos de los veintitrés convocados tienen treinta o más partidos en Primera División y lamentablemente si no se les da la oportunidad de crecer a los jugadores, es muy difícil que puedan competir contra otros a los que sí les dieron chance.

Dentro de esta selección, solo había dos jugadores con la experiencia necesaria en Primera División para jugar un certamen de esta categoría, el problema es que por más que Laínez y Macías tengan un recorrido y sean proyectos muy interesantes, no pueden cargar con todo el peso de un equipo que nunca tuvo un buen funcionamiento.

En México es cada vez más difícil encontrar equipos que le den oportunidades a los juveniles y cuando aparece uno al que se le da la chance y que parece que tiene un poco más de talento de lo habitual, lo empezamos a llenar de elogios, responsabilidades, exigencias y críticas sin respetar que ese jugador está pasando por un proceso de crecimiento y aprendizaje, donde lo peor que le puede pasar es ser el responsable de cargar con un equipo.

Un caso puntual de lo anterior es Diego Laínez, que desde el momento en el que debutó en el América hasta el día de hoy, lo único que ha recibido son cargas en su espalda. El último ejemplo de esto es precisamente este mundial sub-20, donde se le pedía que se hiciera cargo del equipo, agarrara todos los balones, ganara los partidos solo y que llevará a México a ser campeón; y una vez que se consumó este fracaso, se le responsabilizó del mismo, sin darse cuenta que no juega solo.

Lo que hay que hacer ante un baldazo de agua fría como este, es no señalar a nadie en específico por el fracaso y sí entender que todos somos parte del mismo: la prensa, los aficionados, los directivos, los jugadores y sobre todo los clubes que no le dan la oportunidad a los jugadores de sus fuerzas básicas de demostrar su talento en la Primera División, ya que después cuando llega un torneo de esta categoría, es muy difícil que chicos con cinco partidos en primera, compitan con equipos donde todos los jugadores tienen más de 30 o 40 partidos a ese nivel.

@bruscofabricio

 

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