@IsraelQDigital

En este periodo electoral que está por terminar, se han mostrado varios aspectos dignos del análisis y es que, los resultados han marcado tendencias relevantes, pero que van más allá de lo que se puede apreciar a simple vista, pues las posibilidades se han abierto de distintas formas que dan un formato marcado al siguiente periodo electoral de 2018.

Por un lado tenemos al PRI, el gran perdedor de este proceso. De 12 gubernaturas se queda con cinco, pero perdió 7 en las que llevaba delantera y estados como Veracruz, Tamaulipas, Chihuahua y Quintana Roo, gobernaba, sin embargo, los impresentables gobernadores que regían los destinos de estas entidades, causaron una debacle importante al Revolucionario Institucional. Además los casos de corrupción emanados del gobierno federal, también abonaron a la derrota infranqueable de los dirigidos por Beltrones.

Sí bien es cierto que se dieron casos de alternancia importantes, también es de llamar la atención que el PAN es el encargado de suplir con sus candidatos a los impuestos otrora tiempo por el PRI. El caso es que la crisis dentro del CEN del partido en el poder, así como del ejecutivo federal, han dejado al descubierto las debilidades electorales de la maquinaria piista.

Por otro lado tenemos a Acción Nacional que se muestra ante los reflectores como el gran ganador de la jornada electoral del pasado 5 junio, dejando de lado los malos momentos pasados de mano de la administración calderonista, sin embargo, la expareja presidencial de Felipe y Margarita se dedicaron a hacer campaña junto a los candidatos blanquiazules en los territorios en disputa, más nadie sabe para quién trabaja.

Con los triunfos del PAN en distintas entidades en las que destaca Veracruz, esto por ser uno de los estados con el padrón electoral más nutrido, el trabajo de Calderón y su esposa, Margarita Zavala, ha redituado a tal forma, que el verdadero beneficiado ha sido Ricardo Anaya, pues estos triunfos, le impulsan con fuerza para llegar a la precandidatura presidencial de Acción Nacional, dejando en una
posición precaria a la hoy competidora Zavala.

También es indispensable mencionar la caída vertiginosa del PRD, el otrora representativo de la izquierda mexicana, pero que hoy en día queda como un guiñapo maltrecho, que de no ser por las alianzas conseguidas por Basave con el PAN, no hubiese quedado rastro amarillo por ningún punto cardinal de México.

Para destacar y por último, tenemos a MORENA, fuerza que en varios estados donde su presencia era nula, hoy queda como segunda fuerza local y como tercera fuerza política a nivel nacional, demostrando que la huestes Lopezobradoristas han logrado consumar su trabajo a base de pie de tierra, ya que sin mucho recurso económico, pero con candidatos a la sombra de Andrés Manuel, alcanzaron conquistas importantes, esto sin llegar a consolidarse en el triunfo electoral.

MORENA fomenta y conserva como único bastión político a la ciudad de México, en donde dominará el constituyente para la elaboración de la primera constitución del otrora Distrito Federal.

Basta con mencionar las calamidades delictivas que fueron llevadas a cabo durante la jornada del 5 de junio, pero que no alcanzaron para conservar a el PRI dentro del primer lugar que poco a poco recuperaban después del golpe fulminante del año 2000, en el que pierden la presidencia de la República, es posible que esta derrota en la urnas sólo se equiparable con aquel momento de alternancia en el poder.

Es importante vislumbrar el acomodo político que hasta el momento queda marcado en el horizonte inmediato del panorama electoral, en el que las trampas y los cochupos destacan, pero tampoco fueron determinantes en la decisión final del electorado, muy por el contrario; el hartazgo hacía con los corruptos priistas, queda en un castigo, pero no fulminante, sólo de advertencia.