@IsraelQDigital

La noche del 23 de mayo de 2016, López Dóriga anunció su salida del noticiero estelar de Televisa y con este anuncio terminó con una etapa del periodismo en México. Dieciséis años tardó en acabar uno de los ciclos más oscuros del periodismo y la comunicación en nuestro país, en el que el vocero oficial, prácticamente sale por la puerta de atrás de la televisora de San Ángel.

Fue el cumplimiento de una salida anunciada desde hace ya varios meses, por lo que la sorpresa no fue mayor, ni siquiera para el mismo comunicador que fue obligado a terminar con su poder prestado por Azcárraga y que fue marcado por escándalos de corrupción y venta de espacios en sus noticieros.

Es necesario remontarnos al momento en el cual López Dóriga se sintió intocable ante una de las mujeres más poderosas del país, por supuesto me refiero a Aramburuzavala, quien se vio en medio de un chantaje por parte de la pareja del comunicador, pero está última, no contaba con la mayor inteligencia de la otrora propietaria y heredera de Grupo Modelo.

Al quedar exhibido y denostado, López Dóriga no tuvo más opciones que aguantar y negar la acusaciones mediáticas expuestas por los videos que mencionaban su nombre y amenazas ante un empleado de Aramburuzavala. Este incidente, dio a conocer por medio del periodista Jenaro Villamil, la inminente salida de López Dóriga del noticiero estelar del canal 2 después de la visita del Papa Francisco a México.

Para cerrar con broche negro el anuncio del cambio de conductor del noticiero televisivo estelar de Televisa, salieron a la luz, presuntas grabaciones de Murat muy molesto con López Dóriga, por una entrevista a su hijo quién es candidato a gobernador de Oaxaca y al que se le liga a Ulises Ruíz en la radio nacional.

No es para menos que este espacio noticioso llegue a su fin, pues la falta de credibilidad y la caída de la audiencia, han obligado a los altos ejecutivos de Televisa a reestructurar por completo él área de
noticias de esa empresa, que en repetidas ocasiones ha sido señalada como la artífice de la candidatura de Peña en el 2012, así como de una compleja estructura de comunicación para distintos políticos.

Por medio de empresas propiedad de la pareja de Joaquín López Dóriga, se vendían espacios para candidatos, gobernadores y todo tipo de funcionarios públicos para que estos tuviesen una exposición mediática positiva y controlada ante las audiencias de los espacios que el comunicador tiene (o tenía) en Televisa y Radioformula.

Yates, casas, departamentos y mucho dinero, eso es lo que López Dóriga logró acumular durante 16 años de permanencia al aire en canal 2, sin embargo, la credibilidad y el quehacer periodístico quedaron de lado en la emisión de su programa, dejando al descubierto el mensaje mal encausado y mal intencionado del comunicador y sus jefes, quienes sólo pretendían la manipulación mediática de las masas televidentes.

Infomerciales, campañas publicitarias disfrazadas de notas noticiosas, buenos y descafeinados comentarios en favor de los que pagaban y por el lado contrario, carreras políticas al borde del desastre con una reflexión programada y mal intencionada en la pantalla del canal de las estrellas, son sólo una pequeña parte del legado televisivo de estos 16 años que terminaran en agosto de este año.

Debo ser sincero contigo querida y querido lector, no me siento mal por López Dóriga, sino todo lo contrario, pero lo que no me tiene tranquilo, es el saber el papel que jugará Denisse Dresser, ya que la periodista es la que saldrá al rescate del noticiero estelar de Televisa, pues a pesar de que Dresser todavía conserva algo de credibilidad, es notable la mala y negativa imagen que ha adquirido con los años que lleva en la televisora de Azcárraga.

No hay más, no hay retorno, pero tampoco se puede apreciar un cambio sustancial y real dentro de la estructura noticiosa Ud miles de mexicanos mantienen como principal medio de información, es más, creo que ponen a una periodista de imagen jovial, con un mensaje viejo y desgastado.