México  (Xinhua) — México está obligado a incrementar los esfuerzos para reducir en un 25 por ciento la brecha laboral de género de este año al 2025 y alcanzar la meta impuesta dentro del plan del G20, según un informe presentado este jueves por la OCDE.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) sostuvo que en países como México, existen grandes diferencias entre el trabajo realizado por un hombre y una mujer, donde sobresale una discrepancia notoria en la remuneración.

Al presentar el informe de la OCDE denominado “Perspectivas del empleo 2016”, la directora de Gabinete de la entidad, Gabriela Ramos, sostuvo que en países como México los avances han sido menores.

“México tiene la segunda tasa de participación femenina más baja de la OCDE, sólo superada por Turquía, y la más baja entre los países de la Alianza del Pacífico (AP)”, señaló a través de una videoconferencia desde París, Francia.

Comentó que “la brecha de género en la participación laboral varía considerablemente por nivel socioeconómico y edad”.

De acuerdo con datos del informe, en México es grande la brecha en la tasa de población activa entre el género masculino y femenino, incluso superando por más del doble al promedio de los países que forman parte del organismo internacional.

Ramos advirtió en ese sentido que persisten brechas en la distribución de empleo doméstico y de cuidado no remunerado, así como en la calidad del empleo, el ingreso, la condición de pobreza, la formación laboral y la educación media.

“El empleo informal, que prevalece en algunos países de la Alianza del Pacífico, afecta de forma particular a las mujeres, pues tienen más probabilidades que los hombres de tener un empleo informal”, añadió.

Mencionó como ejemplo que en México, durante el primer trimestre de 2016, “el 49.7 por ciento de los hombres tenía empleos informales, frente a 57.2 por ciento de las mujeres, una cifra que ha variado poco durante la última década”.

Consideró por ello que México necesita incrementar sus esfuerzos para reducir la brecha laboral de género y lograr condiciones más equitativas.

Al referirse a la situación laboral, aseveró que el país reporta una “situación complicada y preocupante”, debido a que los salarios cayeron en promedio 1 por ciento de 2007 a 2015.

Al mismo tiempo, la tasa de empleo no ha recuperado los niveles que reportó antes de la crisis de 2008.

“Dos terceras partes de los países de la OCDE aún no han recuperado sus niveles de empleo durante la precrisis, incluyendo México, y los salarios cayeron 1 por ciento del 2007 al 2015”, sostuvo Ramos.

La directora de Gabinete de la OCDE consideró que este tema preocupa, “porque obviamente hay una dinámica que no está permitiendo que se pueden generar mejores perspectivas para las familias respecto de sus ingresos”.

Dijo que además del adverso contexto internacional, una de las razones que explica los rezagos de México en esta materia es la baja productividad laboral que enfrenta el país.

La representante del organismo internacional mencionó también la alta informalidad, pues la mayoría de los mexicanos está ocupado en ese sector.

“En el último trimestre del 2015, el 58 por ciento de la población mexicana entre 15 y 65 años estaba empleada, en contraste con el 61 por ciento reportado a finales del 2007”, expuso.

Agregó que en este país, “el desempleo ha venido disminuyendo desde finales del 2009 y continúa por debajo de la OCDE” donde es de 6,5 por ciento, mientras que en México es de 4,2 por ciento.

Gabriela Ramos agregó: “Hay que señalar que la calidad del empleo en México tampoco es muy positiva”.

La situación en México sigue siendo complicada, porque el crecimiento de los salarios “continúa deficiente y esto no está divorciado de la dinámica económica internacional, de la baja demanda y una trampa de crecimiento económico global bajo”.

Lo anterior, porque “no hemos podido utilizar todas las herramientas de política para lograr niveles más dinámicos en la OCDE”.

De acuerdo con el estudio, otros desafíos preocupantes son el bajo crecimiento de la productividad, el aumento en las desigualdades en el mercado laboral y la débil recuperación de los salarios.

“A lo largo de la crisis, los sueldos reales cayeron abruptamente en Grecia, Irlanda, Japón, Portugal, España y los Estados bálticos, y se desaceleraron significativamente en países como República Checa, Estonia, Letonia y Reino Unido”, indicó.