Ciudadanos de primera y de segunda categoría

MICROCOSMOS
 
Jesús Pérez Loza
@jesusperezloza

La igualdad de los individuos ante la ley, es una de las condiciones básicas para la sana convivencia en nuestra organización social; sin embargo, la realidad es que no se cumple con dicho ordenamiento, lo que ha dado como consecuencia que tengamos en México, la absurda situación de que haya ciudadanos de primera y ciudadanos de segunda.

Esto, que pareciera utópico, es totalmente innegable y lo comprobamos cada sexenio, cuando terminan sus administraciones los presidentes de la República y los gobernadores de los Estados; y cada trienio, al cumplir su mandato los presidentes municipales y al finalizar su representación los diputados locales y federales.

También queda evidente, la inexplicable coexistencia de ciudadanos de dos categorías, al culminarse la misión sexenal de los senadores de la República; así como la trayectoria laboral de 30 años de los jueces, magistrados estatales y ministros de la Suprema Corte y de otros servidores públicos de condición civil o rango militar.

En el currículum y en la vida diaria de todos ellos, se ve el éxito económico y lógicamente social, pero no se advierte ningún desvío del cumplimiento del deber y, menos, la sanción en el caso de alguna omisión, o abuso en el ejercicio del poder.

En cambio, los ciudadanos comunes, que no tienen cargos públicos, que no son ni presidentes de la República, ni gobernadores, ni diputados, ni senadores, ni militares, ni presidentes municipales, ni jueces, sí son los que cotidianamente fracasan, o bien se les imputan delitos que no cometieron y, por lo tanto, son los que pueblan las cárceles, dándose no pocos casos en que algunos son puestos en libertad después de varios años en presidio, al comprobárseles su inocencia.

En cambio, los pocos políticos y servidores públicos, que por excepción, sí son reconocidos como criminales y violadores de la ley, disponen de todo el tiempo y de la máxima impunidad, que les obsequia nuestro sistema político, para huir y evadir la acción de la justicia.

Lo dicho: en México convivimos ciudadanos de primera y ciudadanos de segunda.

lic_perezloza@hotmail.com

 

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