Daniel Palavicini Villarreal. Pocas veces la realidad supera a la ficción pero la vida del miembro del Salón de la Fama de la NFL tiene de todo, sexo, racismo, drogas, alcohol y un misterio que tal vez nunca se resolverá del todo.

O.J Simpson saldrá libre en octubre próximo bajo libertad condicional. Quien fuese una estrella de la NFL como corredor en los Cleveland Browns y los Bills de Buffalo, fue absuelto de las muertes de su ex esposa Nicolle Brown y de su amigo Ronald Goldman en 1994.

Sin embargo, años después, en 2008 intento efectuar un robo en un hotel de Las Vegas. Retuvo y amenazó a coleccionistas de objetos deportivos. Aseguró que “sólo trataba de recuperar varios objetos que le habían sido robados” y que no portaba armas, aunque sus acompañantes sí, cosa que afirmaba desconocer.

Fue sentenciado a 33 años de prisión. La Comisión de Libertad Condicional de Nevada le otorgó la libertad condicional tras cumplir nueve años de la condena.

Simpson es el preso más famoso de los Estados Unidos. Aún es motivo de controversia su exoneración por la muerte de su exesposa y su supuesto amante. Hay quien piensa que nunca se sabrá toda la verdad de ese doble crimen.

Series, películas y documentales analizan el caso por el que finalmente no fue condenado, decisión que es cuestionada por la posterior acción delincuencial que lo llevó a prisión, hecho del cual Simpson asume la toda la responsabilidad.

El legendario running back, actor y presentador de televisión, recuperará su libertad a los 70 años de edad, en los que acumula una historia digna de película, pero con un futuro incierto.

Quizá una serie autobiográfica, como hoy se estila, le haga llevadero el tiempo que le reste de vida.