El Lado Brusco.

Fabricio Brusco

Ya pasaron 32 años desde la última vez que México logró estar entre las ocho mejores selecciones del mundo, sin embargo, cada vez que llega un nuevo mundial, nace el sensacionalismo de “vamos a ser campeones del mundo”.

Lograr ese propósito, no es sencillo; se necesita tener un proyecto sólido, un estilo de juego bien definido y sobre todas las cosas, jugadores que estén en la élite mundial. Hoy en día México no tiene ninguno de estos tres requisitos básicos, por lo que sí, decir que México va a ser campeón del mundo, es ser sensacionalista.

Fijar objetivos realistas y a largo plazo no es tan complicado, simplemente hay que ver cuál es la diferencia que existe con las selecciones top y ver si en cuatro u ocho años México podrá llegar a ahí. Si hacemos un paralelo, por ejemplo, con la selección de Bélgica, podremos notar que con una generación de jugadores que vienen trabajando juntos desde las eliminatorias para el Mundial 2014, y donde varios de esos jugadores se desempeñan cada fin de semana en los mejores clubes del mundo, siendo la mayoría de ellos, piezas claves para sus equipos.

Que alguien diga que México puede ser campeón del mundo en Qatar sería una locura por varios motivos: uno de ellos es que por lo visto en los últimos amistosos de la Selección Mexicana, el Mundial 2022 será de transición para una generación de futbolistas que tiene mucho potencial, pero que llegará en su máximo nivel al Mundial del 2026, es por eso que no debería ser para alarmarse que solo se haya ganado uno de los últimos cuatros partidos amistosos.

Otro de los motivos es que no puedes ser campeón del mundo sin – como mínimo- cuatro o cinco jugadores jugando en equipos top, y en este momento México no tiene a ninguno. Habrá que ver si dentro algunos años, jugadores como Lozano, Herrera o Laínez, pueden de dar ese paso en sus carreras.

La línea sobre los objetivos de la Selección Mexicana de Futbol también la tienen que bajar los jugadores, que por más que tengan deseos enormes de ser campeones del mundo, tienen que entender que es muy difícil. Tanto ellos como nosotros, tenemos que empezar a darnos cuenta que es muy difícil pasar de nunca estar entre los ocho mejores a ser el mejor, que los logros suelen ser progresivos y que no solo ser el primer lugar tiene mérito.

@bruscofabricio