El magnate mexicano Carlos Slim realizó una de sus jugadas maestras y quitó de un golpe los Juegos Olímpicos de Río 2016 a las televisoras Televisa y TV Azteca.

El director de alianzas estratégicas y contenidos de América Móvil, Elías Ayub, confirmó la víspera lo que era un secreto a voces.

“Compramos nosotros los derechos y estarán en nuestras plataformas, no en las de Televisa o TV Azteca”, afirmó Ayub en una entrevista radiofónica.

La decisión de uno de los hombres más ricos del mundo es vista por los expertos como el inicio de la guerra por la televisión de paga.

Los Juegos Olímpicos de Río 2016 se podrán ver en México a través de los canales públicos 11 y 22, los de paga ESPN, Fox y Claro Sport y por supuesto en su plataforma digital Uno TV y Ora.TV.

Este portazo a Televisa y TV Azteca no es el primero y de seguro no será el último.

Los pasados Juegos Olímpicos de Inviernos fueron el comienzo de esta guerra entre el dueño de Grupo Carso (uno de los conglomerados más grandes e importantes de México y Latinoamérica que controla y opera gran variedad de empresas en el ramo comercial, comunicacional, industrial y de consumo) y las televisoras privadas, que no pudieron trasmitirlos.

Pero en esta guerra de poder están en medio los mexicanos.

El 90 por ciento, si no es que más, de los habitantes sintoniza Televisa o TV Azteca, y millones de esos televidentes no cuentan con los recursos económicos ni técnicos para acceder a un contenido a través de la televisión de paga o internet.

Y en esta disyuntiva, ¿quién pierde, quién gana?