Una reforma laboral real

Israel Quiñones
@IsraelQDigital

Importante es la decisión que la cámara de diputados se tomará en los próximos días. Las reformas impulsadas desde Los Pinos no han fructificado como se esperaba. Todo lo contrario, han causado un revuelo negativo en amplios ámbitos de la sociedad mexicana y el que se hable de una nueva enmienda a la carta magna, genera profundas dudas en la opinión pública y especializada en el tema legislativo, cívico y popular.

Contrariamente a lo anterior, en la nueva iniciativa de reforma laboral se advierten beneficios, ya que la iniciativa retoma planteamientos históricos de la lucha del sindicalismo mexicano, que permiten dotar a los trabajadores de instrumentos para combatir el cáncer que representan los contratos colectivos de protección patronal, que han lastimado tanto a los trabajadores mexicanos y a su nivel de vida, aspecto que se profundizó con la pasada reforma de 2012 impulsada por Felipe Calderón.

Es importante en ese sentido la propuesta de desaparecer  las juntas de conciliación y arbitraje, mismas que durante el paso de los años se convirtieron en refugios de las corruptelas y mañas más desprovistas de ética en los servidores públicos. Instancias en que los más afectados resultaban ser siempre los trabajadores, que no recibían el trato y la justicia que los mismos buscaban en su acercamiento a estas entidades.

La retorica puede variar, sin embargo, la realidad que se logra observar es que no hay más camino que mejorar la justicia laboral a pesar de los intereses creados que buscan prolongar la actual situación. Es por ello que sectores como la CTM o personajes nefastos como Javier Lozano, buscaron durante el proceso de dictamen del senado vulnerar derechos tales como el de huelga o la votación secreta y directa dentro de la vida de las organizaciones sindicales, haciendo con esto una intentona fallida para desvirtuar la iniciativa original en perjuicio de la base obrera mexicana, para mantener los privilegios de unos pocos, como puede ser el caso de Ramón Gamez, conocido pederasta y dueño de cientos de contratos colectivos de trabajo a favor de la protección de empresas sin escrúpulos.

Gracias a la intervención de diversas organizaciones gremiales tales como la UNT y la CROC además de señalamientos y criticas puntuales de algunos legisladores, se logro conservar el espíritu de la iniciativa de ley original.

La minuta finalmente aprobada por el senado obtuvo votación unánime, resultado complejo de lograr de cualquier iniciativa que suela procesar el senado.

Ahora le corresponde a la cámara de diputados el revisar esta minuta sin alterar el espíritu de la iniciativa en materia de justicia cotidiana laboral.

El camino por recorrer aún es largo, ya que las enmiendas constitucionales deberán ser avaladas por las legislaturas estatales, posteriormente deberán presentarse las leyes reglamentarias derivadas de la reforma, es aquí el punto fino a observar.

Es raro que el actual ejecutivo federal emita una propuesta que realmente muestre beneficios palpables a los ciudadanos, en este caso, a la base de la economía nacional que son los trabajadores del campo y la ciudad. La democratización del mundo del trabajo mexicano lleva años queriendo alcanzarse y es por ello que está es una oportunidad perfecta para avanzar en la consecución  dicho fin.

 

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