EL LADO BRUSCO

Fabricio Brusco

Hace 10 años, jugar contra Chivas era algo importante para cualquier equipo. Ir a jugar de visitante al Estadio Jalisco era motivante y a la vez complicado para cualquiera, todos sabían que se enfrentaban a un equipo sólido al cual iba a ser difícil sacarle un punto. Si jugabas de local, era sinónimo de estadio lleno de aficionados de Chivas, lo cual hacía que incluso la pequeña ventaja de ser local se redujera.

Hoy en día, Chivas no genera nada de eso, hace diez años que los proyectos dejaron de ser a largo plazo para ser a corta distancia o para que directamente no existan, esto le ha quitado solidez a un equipo que generaba miedo e imponía.

El estadio de Chivas, que antes era uno de los escenarios más temidos de México, ya no convoca a sus aficionados ni genera un respeto especial en el rival, todos saben que pueden salir de Guadalajara con 3 puntos en el bolsillo.

Dentro de estos diez años complicados sin un rumbo fijo, hubo un hombre al que se le dejó trabajar y se le dio confianza: Matías Almeyda. El problema fue que el proyecto Almeyda estaba basado pura y exclusivamente en él, por lo tanto cuando sacan a Almeyda del equipo, sin dar explicación ninguna, este vuelve a quedar sin rumbo, ya que no había una línea institucional a seguir.

Esta semana, el Guadalajara volvió a quedarse sin director técnico; en este caso el que fue apartado de su cargo fue José Cardozo, un hombre que tuvo que cargar con el peso de ser el sucesor de uno de los ídolos de la afición de Chivas. Para muchos aficionados, Cardozo es el principal culpable del mal momento del equipo, lo que parece que no se dan cuenta es que desde el 2010 hasta hoy, a excepción de Almeyda, todos los entrenadores han “fracasado”.

Lamentablemente si las cosas no cambian, al sucesor de Cardozo le va a pasar lo mismo que a él, sea quien sea, porque no es simplemente una cuestión de nombres, es algo mucho más institucional. Si no se hace un proyecto a largo plazo, muy difícilmente llegará algún director técnico al que le pueda ir bien y si este llega, será una casualidad dentro del desorden como lo fue Almeyda.

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