Entre la ignorancia del IFT y los intereses de Televisa se cruza el STRM

Israel Quiñones
@IsraelQDigital

Ante la actual crisis económica que golpea a nuestro país, lo más lógico sería que la administración federal contara con una estrategia infranqueable de protección a la industria nacional y con ello, la protección de los empleos de miles de mexicanos, tema que se muestra precario en muchísimas áreas. Muy por el contrario, el entreguismo implícito de las autoridades mexicanas es notable y para ejemplo tenemos el caso que hoy en día vive Teléfonos de México con las resoluciones que el IFT anunció en semanas anteriores, dejando en claro que el regulador de las telecomunicaciones en México sigue teniendo un predilecto y que ese es Televisa.

A pesar de que Telmex (según el mismo IFT) ha cumplido con todos los requerimientos impuestos en la regulación y reglas asimétricas, el mismo Instituto Federal de Telecomunicaciones indicó que las sanciones en contra de Telmex se incrementarían y esto ha creado un conflicto inesperado para el regulador y el gobierno, ya que las implicaciones en perjuicio de los trabajadores afiliados al Sindicato de Telefonistas son variadas y complican la viabilidad de la empresa, es por ello que la fuente de empleo de más de 60 mil mexicanos se puede ver afectada.

Obviamente el tema de las telecomunicaciones es envuelto por la sombra de los intereses políticos y económicos de distintos actores; tanto empresarios como políticos quieren tener parte del botín que representa Teléfonos de México, ya que en el aspecto empresarial es una de las empresas más rentables y destacadas de nuestro país, así como la organización sindical encabezada por Hernández Juárez, ya que con más de 60 mil afiliados y la capacidad política de esta organización, distintos actores estarían al acecho de este sindicato.

El principal argumento que presenta el IFT para darle continuidad a estas reglamentaciones tan agresivas, están basados en que realmente no hay una competencia económica efectiva. Lo anterior se refiere a que los clientes no cambian de compañía, es decir, que los servicios ofrecidos por Televisa y sus filiales, Axtel, Totalplay y otras, no son del total gusto de los consumidores y si damos seguimiento a la ideología de los neoliberales, el mercado es el que manda, sin embargo, como ellos no son los beneficiarios del mercado han buscado formas de apropiarse del mismo como sea.

Ante la situación que todo lo anterior provoca, vale la pena mencionar que el IFT se ha extralimitado en sus funciones, ya que se ha definido hasta por el tema laboral, puesto que dentro de lo observado por el Instituto con la división funcional de Teléfonos de México, el regulador de las telecomunicaciones en el país quiere absorber también la función de regulador laboral, pues en la creación de la nueva empresa que se encargaría de la atención mayorista el mismo IFT quiere también regular el contrato colectivo, salarios y sindicalización de los trabajadores involucrados en este proceso.

Ante dicho panorama hay que agregar las observaciones de los analistas, ya que unos (Soria, Tejado y otros más) se desgarran las vestiduras sólo al pensar que a Telmex se le pudiera dar la concesión única, es decir, el que esta empresa pudiese ofertar Tv de paga a los consumidores. Por otro lado, tenemos esa visión del libre mercado y la libre decisión de los consumidores sobre todo de servicios de banda ancha, asunto que puede convertirse en el verdadero Santo Grial de las telecomunicaciones cuando hablamos de la convergencia total de los servicios en el sector, puesto que debemos enfatizar ese concepto que en México cuenta ya con un atraso importante y nos referimos al del “Internet de las cosas”.

Es importante medir y sopesar lo que las telecomunicaciones están involucradas en el tema del desarrollo tecnológico, económico, social, cultural y educativo, temas que pueden dar una nueva visión a nuestro país o el asunto pudiese radicar en que aquellos que están en el gobierno quisieran evitar a toda costa la conectividad de ciertos sectores de la población y este último punto me parece verdaderamente preocupante.

La realidad de esta problemática con el tema de la división de Telmex y el conflicto laboral que esto provoca con el Sindicato de telefonistas, es el hecho de que uno de los más dignos contratos colectivos de trabajo está en juego y plantea un total desconocimiento de los consejeros del IFT en materia de la afectación que sus decisiones provocan en la base laboral tan amplia con la que cuenta está empresa.

Entre un IFT con un amplio grado de desconocimiento del sector y la intervención comprada de Institutos creados por “Juniors desempleados” como el IDET y su autonombrado presidente Soria, el país entra en una complicación más para su desarrollo, dando más espacio a los intereses de unos pocos y queriendo afectar a miles, sin embargo, esto apenas comienza y al parecer el tablero de ajedrez se está acomodando rápidamente.

 

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