La lucha de clases entre la revancha de los empresarios

Israel Qiñones

Como ha sido comentado ampliamente en distintas tribunas, el pasado 27 de febrero el IFT dio a conocer nuevas medidas asimétricas en contra del agente económico preponderante en telecomunicaciones que es Telmex y otras pocas en contra de Televisa, que dicho de otra manera ha sido tratada con delicadeza y ternura por la autoridad que se supone debe de regular el derecho de las audiencias, pero que más bien parece, regula la imposición de contenidos.

Entrando en materia: El IFT se ha mostrado con dos caras ante las empresas denominadas preponderantes, pareciera que el regulador es más un administrador de la red y no de los contenidos de la radiodifusión, tarea que también le corresponde a dicho instituto.

Por si lo anterior no fuese suficiente, los articulistas y supuestos analistas de la materia han enfocado sus baterías en contra de Telmex, pero especialmente del Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana. ¿Porqué contra el Sindicato?, bueno, este es el punto interesante, ya que, en medio de la lucha por los derechos laborales, los partidarios de la no inversión pretenden que los derechos de los trabajadores permanezcan ignorados ante la mirada de la opinión pública.

Si bien es cierto que la caída de la audiencia de Televisa ha sido escandalosa, sería interesante analizar por qué y es que la falta de credibilidad que la empresa ha acumulado desde la pasada campaña presidencial, le ha costado millones de pesos en publicidad, materia prima para dicha empresa, sin embargo, el IFT se ha encargado de mantener salvaguardada la operación de televisión de paga del corporativo de Azcárraga.

Por causa de la caída de los ingresos publicitarios Televisa despidió a más del 20% de su plantilla laboral, es aquí donde no se entiende como una división como la que el IFT le ha impuesto a Teléfonos de México no afecte a los trabajadores de esta empresa y muy por el contrario a lo que planteó el fundador y autonombrado Presidente del IDET, Gerardo Soria (Por cierto, fiero defensor de Televisa) la afectación a los derechos laborales de los telefonistas puede ser fuerte, como si lo planteó el secretario de la STPS, Alfonso Navarrete en declaraciones del día 22 de marzo.

La realidad es que estamos siendo testigos de una verdadera lucha de clases en nuestro país, esto visto desde la arista del Sindicato de Telefonistas y los planteamientos de Gerardo Soria y Tejado Dondé en sus respectivas columnas en periódicos de circulación nacional. Sin embargo, la cuestión radica en quienes son los verdaderos beneficiarios de las decisiones en el IFT, puesto que, la inversión, el empleo y el desarrollo económico y tecnológico son nulos, ni siquiera los consumidores son beneficiados con estas determinaciones que en lugar de bajar los costos los aumentan, tal y como ha sucedido con las demás reformas del sexenio.

Es importante cuestionar las realidades que vive nuestro país y de buena o mala manera comparar con las experiencias internacionales como tal es el caso de España, en donde en lugar de dividir al operador histórico que es Telefónica, la empresa inglesa Vodafone se asoció con ella, creando un modelo de competencia efectiva y a su vez de inversión inmediata que contempla a largo plazo la conectividad de más de 22 millones de inmuebles (para el 2020), incluyendo poblaciones de pocos habitantes (conectividad social), creando un modelo de desarrollo económico, tecnológico, cultural y laboral… Que visión tan distinta de la mediocridad de los consejeros del IFT y de Gerardo Soria.

¿Si es cierto que los mercados mandan, por qué no dejar que el mercado mismo elija? O ¿Acaso es la factura que Televisa sigue cobrando a Peña por llegar a la presidencia? O ¿Definitivamente el gobierno está en contra de los derechos laborales de los telefonistas? Es imprescindible cuestionar el verdadero trasfondo que envuelve al regulador, puesto que dichos intereses lo han convertido en un esbirro servil de los intereses particulares de un grupo en específico.

Fundar un instituto y autonombrarse presidente del mismo no te da la autoridad moral de opinión, ni te quita lo servil, sin embargo, cuestionar, indagar y reflexionar te da criterio propio. Es importante observar que el secretario Navarrete no quiere cargar con un bulto que no le corresponde, pero al parecer los analistas orgánicos como Soria se empeñan en lo contrario y de paso en sacar provecho jodiendo a los trabajadores.

No olvidemos que el verdadero creador del “Show mediático” es Televisa y recordando a la periodista Carmen Aristegui pregunto: ¿Si la televisión hiciera presidentes?

 

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