Microcosmos

Jesús Pérez Loza

lic_perezloza@hotmail.com

El ascenso de Donald Trump a la Presidencia de Estados Unidos, apenas el 20 de enero, ha despertado un inusitado interés entre los mexicanos; esto, no  porque queramos saber cómo se gobierna el vecino del Norte, sino más bien,
porque nos afectan los cambios derivados de la nueva administración norteamericana.

Primero, fue lo de la edificación del muro y su pago, en la franja limítrofe de México y Estados Unidos. Pero, en realidad no sabemos ¿A cuál valla se refiere Trump?, porque el paredón ya existe. En todo caso, el psicópata Trump, quizás trata de anunciar la conclusión de la muralla divisoria en algunos tramos, o bien quiere aumentar su altura.

Otros temas de la agenda del terrorista Trump, han sido la prohibición de la instalación de fábricas norteamericanas o plantas industriales en México; el sofisma de que nuestro débil país tercermundista ha abusado del colosal
imperio yanqui; así como la amenaza de acabar con el tratado de libre comercio; sin faltar, la incesante campaña de calumnias, odio y descalificación hacia los inmigrantes mexicanos. Total, se trata de una perversa estrategia que
ha puesto tensa la relación bilateral entre México y Estados Unidos.

Todo lo anterior ha sido negativo, cierto; pero también es verídico, que Trump, con su excesivo protagonismo, sin proponérselo, ha unido a los mexicanos; que estábamos muy divididos a partir del primer año de gobierno de Enrique Peña Nieto, por su apático y unilateral estilo de gobernar a México, en sentido contrario a la voluntad de los ciudadanos.

En el siglo XIX, la secesión fue entre liberales y conservadores y, en este siglo  XXI había quedado clara la escisión entre Peña Nieto, su equipo, diputados, senadores, gobernadores, jueces, Ejército, ministros de la Corte, policías y, de este lado, nosotros los ciudadanos y nuestras familias; o sea, la ruptura entre la clase privilegiada y despótica que detenta el poder público y el pueblo, obligado a sostenerla económicamente.

Sin embargo, a partir del tripolar Trump, en México ya se habla de unidad nacional y patriótica, para afrontar enemigos internacionales, así como para defendernos de traidores internos que oprimen al pueblo con gasolinazos,
corrupción, impunidad, inseguridad y abusos del poder público.