MUNDO INVEROSÍMIL
 
Carolina Zepeda
@carozpeda
 
El artículo 22 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos establece lo siguiente: “Toda persona, como miembro de la sociedad, tiene derecho a la seguridad social, y a obtener, mediante el esfuerzo nacional y la cooperación internacional, habida cuenta de la organización y los recursos de cada Estado, la satisfacción de los derechos económicos, sociales y culturales, indispensables a su dignidad y al libre desarrollo de su personalidad”.

La seguridad social es un derecho humano. Se supone que el Estado debe de otorgarle dicha protección a todos sus ciudadanos, pero una cosa es la teoría y otra muy diferente es la realidad. No es secreto que en México es de muy mala calidad, si no es que, inexistente.

En nuestro país, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), es el organismo gubernamental que supuestamente debería de encargarse de la seguridad social (vaya redundancia), sin embargo, es algo difícil que cumpla con sus funciones si no recibe los fondos que debería. Es aquí donde nos preguntamos ¿a dónde #@¡* se van nuestros impuestos?

Organizaciones como el IMSS han sido utilizadas a lo largo de su existencia como escapes monetarios para los servidores públicos. El dinero destinado a la seguridad social es utilizado para cubrir gastos de otras instituciones porque el presupuesto para ellas no es suficiente porque los políticos deciden invertirlo en sobrellevar su vida de millonarios.

Son más importantes sus lujos que los derechos humanos de millones de mexicanos.