Jorge Luis Urzúa
@j_urzua

Y lo que nos faltaba… El intento de dos partidos políticos, PRD y Morena, -la supuesta izquierda
progresista en nuestro país-, promoviendo la censura, a través de una acción de inconstitucionalidad
en contra de la actual “Ley de Réplica” en los medios de comunicación.

López Obrador, sus simpatizantes e imitadores, buscan prohibir cualquier señalamiento que pueda
ser considerado “agraviante” por parte de comunicadores o columnistas, aún cuando la referencia se
base en hechos verídicos y comprobables.

Es muy conocida la frase de AMLO: “la calumnia si no mancha cuando menos tizna”, pero la actual
ley de réplica, ya obliga a los medios a dar espacio y hacer las aclaraciones correspondientes en estos
casos.

La realidad es que los políticos consideran o se quejan de ‘calumnia’, ante cualquier crítica o
señalamiento, ante el que regularmente no tienen argumentos suficientemente claros o
convincentes para rebatir.

Por eso la “tiznada” regularmente no se la quitan con pruebas o evidencias concretas que no dejen
lugar a dudas de su “integrida”.

La verdadera intención de extender el derecho de réplica a cualquier pronunciamiento que les
parezca un agravio, busca en realidad –inhibir- la libertad de expresión, pero sobre todo, de evitar el
escrutinio a los servidores públicos en el desempeño de su labor. La autocensura para evitar una
demanda.

Los funcionarios de gobierno deben ser, en todo momento, sujetos de crítica y cuestionamiento
sobre lo que hacen y dejan de hacer y si no les gusta, pues que se dediquen a otra cosa.

Pero si de entrada pende la “espada de Damocles” de una demanda sobre cualquier comunicador,
analista o colaborador de cualquier medio, lo más seguro es que se eviten mayormente estas críticas
en muchos de los espacios en los que hoy realmente se hace uso de la libre expresión.

En los medios “de siempre” es otra historia, ahí las cosas se manejan por conveniencia o al mejor
postor, esos no son los que preocupan y quizá por ello ni siquiera hayan expresado mayor
preocupación al respecto. (y que se ponga el saco a quien le quede)

La editorial y los espacios de opinión han sido el único bastión que se ha mantenido crítico, aún en
los tiempos de mayor control del régimen hacia la prensa, e incluso muchos de sus autores pagaron
con su vida el haber hecho señalamientos ‘agraviantes’, pero verdaderos, a personajes oscuros.
Ojala pudiéramos preguntarles que opinan de esto.