Dr. Eliseo López Cortés
l.osos@live.com  

Las contradicciones entre la geopolítica y la globalización son cada vez más evidentes. El ascenso de Trump y el Brexit, tienen el mismo sello, el retorno de un nativismo proteccionista que se opone frontalmente a la democracia
liberal, pero las confrontaciones tienes otras contradicciones y conflictos.

Bien o mal, la globalización generó una serie de transformaciones cosmopolitas que generaron dinámicas de circulación mundial de signos, símbolos, emblemas, bases de datos, metalenguajes, algoritmos, información,
conocimiento, bienes, servicios, mercancías, tecnologías, capitales, conexiones en distintas culturas, mercados, patrones culturales, naciones y civilizaciones, donde los actores/agentes cosmopolitas circulan en distintos
contextos culturales, nacionales, regionales o civilizatorios, creando nuevas dinámicas interculturales, internacionales, interregionales e inter-civilizatorias versus la geopolítica etnocéntrica.

Existen esferas donde la globalización cosmopolita opera y no es regulada,  minimizada o reprimida; la primera son las ciudades globales y las metrópolis;  las segundas las zonas libres; ellas escapan, parcialmente, al control estatal  y
son enclaves de la globalización; la tercera son las regiones abiertas transfronterizas; son invulnerables a las medidas proteccionistas populistas de corte nativista, chauvinista y xenófoba, que prueba que los Estados y sus aparatos estatales, son instrumentos de las nacionalismos y sus comunidades imaginadas cerradas.

En este caso, las mayorías W.A.SP. no toleran las sociedades paralelas a nombre del multiculturalismo y una interculturalidad simulada; se quitaron la máscara de la tolerancia y manifiestan su intolerancia racista, chauvinista,
xenófoba, o sea etnocéntrica. Las comunidades imaginadas se fragmentaron y se recurre al etnocentrismo, como opción única, y plataforma de un  neofascismo alternativo.

La expansión oriental nadie la detiene, y el ascenso de China, la India,  Indonesia, Malasia, Filipinas, más la permanencia de Japón, Corea del Sur,  Taiwán, Vietnam y Singapur, hacen que el mundo sea multipolar y global, y la
geopolítica superada.