Brenda Peregrina

El estrés ya es parte normal de nuestro día: nos levantamos, tomamos un baño, nos lavamos los dientes, salimos corriendo de casa con la mente llena de preocupaciones, quejas constantes del exterior, que aunque las solucionáramos, nuestra mente ya se encuentra muy dispersa, llena de necesidades innecesarias, conflictos sin resolver, problemas en el trabajo y un sin fin de situaciones más.

Y cuando llega el momento de comer, ya ni cuenta nos damos de lo que estamos haciendo o funcionamos a un modo de piloto automático; nuestro cuerpo sigue funcionando, el tenedor y el cuchillo toman vida propia y comienzan los movimientos sin conciencia alguna. Un bocado detrás del otro sin darte cuenta de lo que ingieres, sino con el único fin de calmar una necesidad básica de nuestro cuerpo, que en un par de minutos, máximo horas, se convertirán en un malestar, pesadez, inflamaciones y diversos síntomas que “muy” fácilmente lo solucionamos con una pastilla, que a la larga también tendrá consecuencias en nuestra salud, pero como a todos nos pasa, ya se ve normal.

De nadie es la responsabilidad, sino de ti mismo, darte cuenta de tus acciones, estar presente en cada momento de tu vida, disfrutar el despertarte, sentirte con energía, que tus necesidades básicas tales como ir al baño, dormir, comer, reír o hacer ejercicio, funcionaran sin ningún problema.

Piénsalo, casi todos comemos ya automáticamente, no comemos conectando con nuestro cuerpo y lo que nos hace sentirnos bien y nos da energía, el darte cuenta o más bien regresar a tu esencial ancestral de estilo de vida como homo sapiens, mejorará todo; eres lo que comes y esta herramienta te apoya, darte cuenta de que cambiar a un modo de percibir mejor las cosas, verte con mucha más comprensión de lo que está pasando y ver lo bueno de cada instante.

Relajándonos nos puede llevar a disfrutar más del aquí y del ahora, darte el tiempo para sentir lo que tu cuerpo te está pidiendo, dándote el tiempo para seleccionar mejor lo que ingieres, disfrutando lentamente cada bocado para así también poder sentir el momento donde ha sido suficiente y debes parar. Aquí es un punto clave donde se marca mucho la diferencia entre el sobrepeso y la ansiedad.

Con el tiempo podemos ser más creativos en nuestras elecciones saludables ya que nos estamos dando cuenta de qué nos está faltando ingerir esta semana, qué calidad de líquidos, la reacción del sistema digestivo y las grandes ganancias en nuestra salud, gracias a la conciencia de poder elegir los micronutrientes esenciales para nuestro cuerpo.

Sea la situación que sea, si tú quieres, lo puedes planear y estructurarlo lentamente a tu estilo de vida, ya que irás descubriendo en el proceso que con tu creatividad y ganas de mejorar, existían muchas cosas que no sabías y dañaban constantemente tu salud y cuando sabes que es tan fácil resolverlas, será casi de inmediato la necesidad de mantener ese nuevo estilo de vida que te hace sentir TAN BIEN.

Reencontrar tu verdadera identidad como homo sapiens y tus micronutrientes esenciales, hará que tu cuerpo se potencialice, que la necesidad de medicamentos y suplementos sea casi nula y se convertirá en tiempo de calidad, en energía, en aventuras nuevas que tu cuerpo estará listo a realizar; simplemente dándote la oportunidad de ser coherente con tus elecciones saludables y estando más presente en el aquí y el ahora. Esto como cualquier otro logro personal requiere de disciplina y concentrarte en hacer solo una cosa a la vez.

Creemos que es normal estar en un modo de multitareas (como, escribo, veo la televisión y corrijo a mis hijos), el ser humano no está hecho para ello, es prioridad tener tiempo para nuestras necesidades básicas, ser egoísta está bien, ya que nadie que no se cuide, puede cuidar de forma prolongada a alguien más.

@BrendaPeregrin4

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