EL ESPEJO DE LA VERDAD
 
Dra. Mariana Aranguren
redaccion@notiemp.com

A diferencia de otras sociedades o civilizaciones que protagonizan los cambios globales, en nuestro amado pero también doliente México, persisten las resistencias socio-culturales que impiden evolucionar hacia condiciones vanguardistas, como lo hicieran nuestros antepasados mayas y aztecas; ahora que comenzamos el año 2017, seguimos siendo una comunidad ingobernable que no queremos sujetarnos a las reglas y peor aún, lo mismo hacen sus cómplices autoridades que tampoco cumplen con sus responsabilidades… vamos derechito al suicidio como ciudadanos y como Nación, otrora independiente.

Exigimos derechos de primer mundo, cuando somos incapaces de responsabilizarnos de lo más elemental como ciudadanos, desde pagar impuestos, respetar a los vecinos, cumplir con las leyes, hacer bien nuestro trabajo, ser generosos con los necesitados, cuidar de nuestros niños, ancianos y mujeres, e incluso respetarnos a nosotros mismos.

Queremos que las leyes se apliquen en los bueyes de nuestro compadre, demandamos justicia para los que nos ofenden, reclamamos productos y servicios más baratos, exigimos atenciones y cuidados para nosotros y los nuestros, gritamos por caminos propios y avenidas exclusivas, además de echar bala por gobernantes corruptos e ineficientes… pero, y ¿desde cuándo pensamos que tenemos que dar el ejemplo, cumpliendo a cabalidad con las leyes, dejando de agandayar al prójimo, produciendo lo mejor y con calidad, desatendiendo a nuestro entorno, cuidando y respetando por igual a autos y peatones, así como eligiendo a ciudadanos decentes para los cargos públicos?

¿Acaso fuiste tú quien no dejó dormir en estas festividades a tus vecinos con tu relajo a altas horas de la madrugada? ¿No eras tú quien invadió el espacio que corresponde a los discapacitados? ¿No te pasaste el alto para llegar más temprano? ¿No eras el marrano que escupió al piso, mientras caminabas? ¿No tiraste la bachicha del cigarro al jardín del vecino que te quedaba más cerca?

Los malos vaticinios de Trump y el alza a las gasolinas se quedan minúsculos en comparación con la terrible pesadilla que nos espera en este naciente 2017 con una sociedad que ya no se gobierna ni así misma y mucho menos con autoridades complacientes, cobardes y cómplices de tanto caos y anarquía que está amenazando con desaparecer la esperanza del otrora milagro mexicano.