SALUD CONSCIENTE

Brenda Peregrina

La proteína del pollo es un alimento de excelente valor nutritivo, tiene aminoácidos esenciales de alto calibre, ya que el organismo las utiliza muy bien en la regeneración de tejidos y músculos; es rico en vitaminas del complejo B, aunque no todo como la carne roja, contiene grasas de buena calidad como los mono insaturados y los poli insaturados, los cuales ayudan a prevenir enfermedades cardiovasculares.

También es de excelente sabor, es versátil para su preparación, gusta en general a toda la población, no está contraindicado en el manejo terapéutico, y es de fácil acceso a la comunidad. Se puede suministrar a los niños desde temprana edad, y es ideal para las madres gestantes y lactantes.

El pollo contiene poca grasa, eso sí, toda es necesaria para el adecuado funcionamiento del organismo humano; este tipo de micronutriente puede contribuir a prevenir enfermedades cardiovasculares y no afectan en nada con el tema de grasas transgénicas a no ser que se cocine frito, aquí sí se afecta y altera todo, para que tomen cuidados.

La carne de pollo al igual que la carne roja, aportan aminoácidos de alto valor biológico, contiene algunos minerales y vitaminas que se pueden asemejar a la contenida en estas carnes; las rojas tienen un aporte mayor de hierro, y en el pollo, el hierro y el ácido fólico se encuentran en cantidades apropiadas en las menudencias de pollo, que para las mujeres es súper importante consumirlas por esta cuestión, ya que si combinan un periodo menstrual denso más ejercicio, pueden tener mermas relevantes y con el consumo adecuado, se puede lograr un buen balance.

El pollo orgánico debe ser de matrimonio (el gallo pisa a la gallina) y después debe ser empollado, sin insumos externos y químicos adicionales; es importante ser muy cuidadosos y revisar muy bien las etiquetas de los productos orgánicos, de tal forma que garanticen su procedencia y el cumplimiento de los requisitos para ser denominados como orgánicos o ir a visitar las granjas para darte cuenta de cómo son tratados y alimentados, al igual cómo los huevos se ponen, saber analizarlos y verificar su calidad de manera natural.

Para ser parte de los esenciales, su consumo adecuado sería de 3 a 6 veces semanales; debes también tratar de consumir sus articulaciones, ya que ahí encontrarás el colágeno que hoy en día tanto falta.

@BrendaPeregrin4

Health Coach

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