CALEIDOSCOPIOS
Dr. Eliseo López Cortés

Ningún personaje carismático y/o taumaturgo, en la historia oral y escrita en Occidente, ha sido tan controvertido como Jesús de Nazaret, siendo el primer problema, la aceptación de Jesús, como el hijo de Dios, lo que tiene múltiples implicaciones teológicas, históricas, filosóficas, epistémicas, cosmológicas y cosmogónicas.

En segundo lugar, los judíos siempre esperaron la llegada del Mesías, a quien interpretaban como un líder humano, que cumpliera las profecías, expulsara a los romanos, hiciera la paz entre las naciones y fundara un reino eterno; el mensaje de Jesús, que hablaba de un reino fuera de este mundo y que decía ser el Mesías, generó un cisma en la cosmovisión hebrea y cuestionó el stablishment y status quo de los sacerdotes de la ley mosaica, los fariseos y los saduceos; no enfrentar a los romanos fue otros de los problemas ideológicos y políticos de los radicales judíos de ese tiempo. Nunca aceptaron a Jesús de Nazaret, como el Mesías.

En tercer lugar, desde el siglo de los luces y de un malentendido enfoque secular materialista, se negó la existencia de Jesús, por cuestiones ideológicas y políticas, contra la iglesia católica y las instituciones conservadoras, incluso presentándolo como invención eclesiástica imaginaria.

El fanatismo, el dogmatismo y la intolerancia, permearon la discusión y la polémica. Una prueba de ello, es como en el siglo XXI, el radicalismo islámico, ejecuta primero a los cristianos, que a los occidentales.

Especialistas en la antigüedad como Michael Grant, F.F. Bruce, Santiago Guijarro, John P. Meier se apoyan en las menciones sobre Jesús, de fuentes de autores como Flavio Josefo, Tácito, Plinio el Joven, Suetonio, Luciano, Sarapión, Celso, la mayoría historiadores no cristianos, con lo cual se demuestra su existencia. Por lo tanto, no hay discusión.

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