EL POTRERO AZTECA.

EL LADO BRUSCO
 
Fabricio Brusco
 
Hay una frase tan vieja como el fútbol, que dice: “Equipo que gana no se toca”. Este dicho se puede aplicar en muchísimas situaciones del día a día, ya que lo que está bien y funciona, no tiene por qué ser modificado. Parece que en el Estadio Azteca no creen mucho en eso, y es que uno de los recintos futbolísticos más importantes del mundo pasó de tener el mejor campo de juego del país a uno que da vergüenza. 
Hace unos meses, en el receso de verano, a los encargados del Estadio Azteca se les ocurrió que era una buena idea cambiar el pasto natural del campo de juego por uno híbrido. En principio, esto sonaba bien, ya que por más que el Azteca contaba con un gran césped, otros estadios importantes como el Santiago Bernabéu, Camp Nou o el Stade de France, habían hecho el mismo cambio.
Los problemas empezaron cuando en vez de contratar a alguna de las empresas que habían instalado el césped híbrido en esos grandes estadios, se contrató a Turf Managers Specialists, cuyo máximo logro había sido instalar el césped híbrido en el estadio de la Liga Deportiva Alajuelense (un equipo de Costa Rica). La verdad es que parece muy poco como para haberle encomendado el césped del estadio en el que Pelé y Maradona fueron campeones del mundo.
A Cruz Azul le tocó estrenar el nuevo gramado en un duelo contra Puebla, el 21 de julio. Ese día, el césped se veía con muchas manchas amarillas, además de que se notaba que el campo todavía estaba muy flojo; sin embargo, se podía llegar a entender, ya que era el primer partido y tal vez al césped le faltaba tiempo para afianzarse… el problema fue que pasaron las semanas y el pasto no mejoraba, incluso daba la impresión que cada día estaba un poco peor.
Enio Cubillo – dueño de la empresa encargada de instalar el nuevo campo de juego -, le echó la culpa a las lluvias y a la cantidad de partidos que se habían jugado en el Azteca; además, puso como plazo a mediados de septiembre para que la cancha estuviera en buenas condiciones… una vez que se cumplió el plazo, la cancha había mejorado, aunque realmente le seguía faltando muchísimo para ser digna del Estadio Azteca. A ese mal estado del campo de juego se le sumó que a mediados de octubre y el pasado miércoles, se realizaron conciertos en el estadio. El resultado está a la vista…
Claramente varias cosas se hicieron mal: no se contrató a la empresa adecuada, no se hizo el cambio con el tiempo suficiente para que el pasto se afiance y se hicieron conciertos cuando nadie los hubiera hecho. Esta serie de malas decisiones tienen como consecuencia que la cancha sea un verdadero potrero. Es una verdadera lástima que un recinto tan emblemático, tenga un campo de juego así.
En una semana, el Azteca albergará un evento internacional como es un partido de la NFL, y a no ser que ocurra un milagro, la cancha no estará a la altura. Vamos a ver si después de recibir críticas internacionales, alguien tomará las medidas necesarias para cambiar esta situación.
 
@bruscofabricio
 

Fabricio Brusco47 Posts

Estudiante de Periodismo apasionado por el fútbol, básquet, rugby y tenis.

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