SALUD CONSCIENTE

Brenda Peregrina

Qué cenar no genera ningún problema a la hora de decidirlo: salimos a la calle y encontramos todo tipo de opciones, que casi todas incluyen carne roja, la cual tal vez ya comimos al mediodía y también en el desayuno, y así día a día continuamos con la gran demanda de este nutriente esencial.

Es de muchísima importancia entender porque la carne roja es esencial (la necesito para vivir) pero no en esas cantidades diarias, sino una vez por semana es suficiente; recordemos que nuestro cuerpo es genéticamente ancestral, su última alteración genética fue hace 10,000 años y que por diversos factores, somos desde siempre consumidores de carne. Si nos ponemos a analizar el volumen de nuestro cerebro y sobre todo el largo del sistema digestivo, nos dice que no somos totalmente carnívoros, pero tampoco totalmente vegetarianos.

La carne roja tiene aportes muy importantes tales como: los aminoácidos esenciales que son principalmente la lisina y el triptófano; las vitaminas B 6, B 12 y D; los minerales hierro, calcio, zinc y selenio, y las grasas omega 3, DHA y EPA.

Hoy el problema no es la carne, ni vivir radicalmente en algún estilo de vida moderno, sino entender y seguir informándonos el por qué la carne hoy es “mala” y muchos hemos decidido evitarla casi en su totalidad, aún siendo esencial.

La gran demanda invita a la industria a una producción desmedida y manipulación genética del ser vivo requerido. ¿Qué es lo que está pasando?, hoy en día consumimos carne altamente industrializada: en muy poco tiempo el ser vivo debe crecer en un mismo espacio, siendo alimentado por cereales, los cuales incluyen pesticidas e insecticidas, inyectado con anabólicos para crecer, antibióticos para evitar enfermedades o contrarrestarlas y antidiuréticos para que no pierda peso.

Otro punto importante a tomar en cuenta, es que en toda la historia de la humanidad, nunca había existido tanto Homo Sapiens sobre ella, que no da lugar a otras especies que pudieran darnos el aporte, más bien se están extinguiendo y las opciones se concentran en el ganado bovino.

La carne roja, como les comentaba, es buena; eso sí de animales salvajes que corren y juegan por su hábitat, que no han sido manipulados genéticamente con hormonas, antibióticos etc., que consumen lo que su dieta requiere, que al ser sacrificados no han tenido estrés, sino que es la regla de la cadena alimenticia… con lo que te pregunto ¿A ver, pídele a un León que sea vegetariano?

Ahora bien, ¿Por qué solo una vez por semana? Bueno, antes no teníamos refrigeración, tienditas en cada esquina, agua en las tuberías, luz y tantas comodidades que nos invitan a un sedentarismo extremo y alto consumo de productos industrializados de fácil alcance.

Recuerda que hace solo 100 años éramos recolectores, cazadores, agricultores, caminábamos un promedio de 20 kilómetros diarios y los animales de carne roja eran difíciles de conseguir y si no se consumían rápido, pronto no servirían para el consumo humano, así que era más fácil un pescado o unos huevos, que la carne roja.

Un factor relevante es el contenido de purina en la carne que se convierte en el torrente sanguíneo en ácido úrico, este a su vez será guardado en las articulaciones y cada siete días, el mismo cuerpo en sus procesos metabólicos lo depurará por medio de la orina. Si nos excedemos con el tiempo y el apoyo de otros micronutrientes (pollo, cerdo, harinas, alcohol, sardinas y sobre todo los embutidos) que también aportan ácido úrico, la concentración se elevará a cantidades extraordinarias y donde nuestro cuerpo reaccionará, ya que aparte de generar inflamación y dolores en articulaciones, también provocará alteración en las células de todo el cuerpo, generando toxicidad y dolor, esto nos apoya en la lógica del consumo de una vez semanal y así poder prevenir daños futuros.

No lo olvides: como sano para sentirme bien, mientras estoy vivo… no para ser inmortal.

@BrendaPeregrin4

bptrainingmx@gmail.com