BRÚJULA PÚBLICA. Rodolfo Aceves Jiménez. Un video circulado en Youtube y en redes sociales dio cuenta de una parte del enfrentamiento que sostuvo en Palmarito en Puebla, personal del Ejército Mexicano con presuntos ladrones de combustible, -llamados huachicoleros-, en el que no puede apreciarse con claridad la muerte de Paulino Martínez Silva, de quien se dice que es un presunto delincuente.

Mientras que los familiares de Paulino afirman que era campesino, no hay explicación de cómo en el momento del enfrentamiento se encontraba a bordo de una camioneta BMW, portando un chaleco antibalas, con un arma de fuego en sus manos y al parecer haciendo caso omiso a las órdenes de detenerse que le hacían los militares.

En la otra parte de este video de las cámaras de seguridad de una casa habitación dieron cuenta, que los presuntos delincuentes se enfrentaron con soldados.Esto viene a relucir un problema que se viene arrastrando de tiempo atrás como lo es, la venta de gasolina robada, problema al que los gobiernos de los Estados no han querido enfrentar con sus policías, y en cambio, exponen a un desgaste innecesario al Ejército y la Marina.

Sobre todo, cuando el Congreso de la Unión asigna miles de millones de pesos en fondos públicos para la seguridad pública de Estados y Municipios de manera inútil, y sale a la luz pública fiestas organizadas por los propios internos al interior de las cárceles estatales, como en Jalisco, Tamaulipas o Nuevo León.

El debate de la participación de los militares en coadyuvancia con la autoridad civil podría derivarse en dos vertientes. La primera, que la Federación absorba por completo la función de la seguridad pública, para que las policías estatales y municipales sean una sola en el país; y la segunda, desplazando la participación de las fuerzas armadas en la función de seguridad pública, para dar pie a que se reorganice esta función, se promulgue la Ley de Seguridad Interior y las tropas vuelvan a sus cuarteles y bases navales.  @racevesj