El ilusionista.

ATERRIZANDO SUEÑOS Bety Camiade. Siempre digo que, como especie humana, estamos dotados de un gran potencial y que mucho de lo que poseemos, aún lo desconocemos. Y es que en cada una de esas carreras de ultradistancia en condiciones extremas, traigo conmigo aprendizajes y descubro situaciones que nunca imaginé existieran o simplemente que yo las pudiera alcanzar.

Eso es lo que verdaderamente me tiene apasionada, sentir que cada vez que asisto a un reto de esta naturaleza, conquistaré algo nuevo para mí; que mis emociones y sentimientos estarán a flor de piel, experimentando cada una de esas vivencias y registrándolas en mi mente y corazón,como posibles y enriquecedoras.

He comentado también que todos tenemos esas capacidades como un legado que se nos ha dado por naturaleza desde tiempos ancestrales, pero que hemos olvidado mucho de eso tan valioso, quizá por la vida moderna con tanta tecnología y comodidades, y ya no nos creemos capaces de lograr muchas cosas.

He tenido que aprender, por ejemplo, a lidiar con mi propia mente para que no se vuelva en mi contra y terminé boicoteando mi decisión en cuanto al desafío que estoy dispuesta a enfrentar. Porque me queda claro, siempre hay miedos o ciertas dudas en si se puede lograr o no un reto que uno mismo se impone. Y es que no sé si por naturaleza, por sentido de supervivencia o por temor a lo desconocido, nuestra mente siempre dirá: “¡NO, ALTO… NO SE PUEDE O TÚ NO PUEDES!”.

He aprendido a enfrentar a mi propia mente, a convencerla de que, SI YO QUIERO, SÍ PUEDO; es curioso, parecería que uno se divide en dos personas, una que dice que SÍ y otra que dice que NO. Justo cuando empieza a contrariarme y bombardearme con los NO, le aplico un juego y la hago caer en la trampa, la ilusa se lo cree y finalmente obedece a lo que yo quiero lograr, jajaja.

De entrada, cuando elijo un reto, a la par del entrenamiento físico, todos los días hago un ejercicio mental, imaginando y sintiendo la emoción de todo lo que quiero lograr y cómo lo quiero lograr. Eso es excelente practicarlo para poner en sintonía y familiarizar a tu mente en dicho reto. Y esto funciona para todo tipo de búsquedas en nuestra vida: profesional, deportivo, familiar, de salud, etc.

Y cuando estoy en competencia, ejecutando ese reto extremo y la mente “se anda rajando”, “quiere dar marcha atrás, darse por vencida” o como le quieras llamar, justo ahí saco de inmediato el juego del ILUSIONISTA y la hago caer en la trampa de seguirme hasta el final, tal y como lo ordeno yo.

Recuerdo mi primer competencia de 250 kilómetros por etapas en el Desierto del Sahara, justo en Egipto, África; entrené muy bien física y mentalmente, pero me daba bastante miedo la etapa larga, el monstruo de 90kilómetros,y justo ese día empezó la mente con sus cantaletas: “Olvídalo, no podrás, apenas inicias son las 7:00 horas y el calor ya es insoportable… jajaja te faltan 88 kilómetros, ufff despídete ya… no podrás”.

Se me ocurrió responderle que sí se podía, la calmé y en ese momento me convertí en EL ILUSIONISTA: le hice caer en la trampa de que no eran 90 kilómetros, la convencí de que eran tan solo 10. ¿Qué tanto podían ser 10 kilómetros, si eso era nuestra costumbre correr en un día recreativo en el Bosque de los Colomos? ¿Y qué creen? Se lo creyó por completo, feliz corrió junto conmigo hasta llegar al primer checkpoint, justo ahí tomamos agua, nos refrescamos un poco y de nueva cuenta, yo en mi papel de EL ILUSIONISTA, la volví a convencer de echarnos otros 10 kilómetros felices de dunas y arena… ¡Qué lindo!

Así nos aconteció por otros 5 puntos de chequeo más, corrimos de 10 en 10 kilómetros, y cuál va siendo mi sorpresa, que en uno de esos puestos de control, me dice uno de los voluntarios que te ofrecen agua: “Si te apresuras puedes quedar en segundo lugar o quizá en el primero de esta etapa larga, justo hace unos minutos acaba de pasar la primera mujer”… Wooow nunca lo imaginé, yo iba por terminar y no había puesto atención en las otras competidoras, esa fue una inyección de adrenalina que recibimos mi mente, mi cuerpo, mi espíritu… toda yo.

Aceleré el ritmo y aunque no pude alcanzar a la primera mujer, quedé en segundo lugar de la etapa de los 90kilómetros. Y para mi más grande satisfacción y orgullo, al final de la competencia logré obtener el Tercer Lugar General Femenil para México, dejando en cuarto lugar a la competidora egipcia, que era una de las favoritas para ganar.

Este reto para mí es muy significativo y lo recuerdo con mucho cariño; me dio muchos aprendizajes en todas las áreas, y que aunque soy una corredora común, sin ser élite, al convertirme en ILUSIONISTA y convencer a mi mente de que se podía, aunque fuera por medio de la ilusión, logré hacer realidad mi sueño y llegué mucho más allá de lo que alguna vez imaginé. contacto@betycamiade.com

 

0 Comments

Leave a Comment

Login

Welcome! Login in to your account

Remember me Lost your password?

Don't have account. Register

Lost Password

Register