¿Juego de tronos o elecciones mexiquenses?

 

Por Israel Quiñones. Se debería analizar con detenimiento absoluto lo que ocurrió el día domingo en las elecciones celebradas en México. Tres entidades dispusieron a disputarse la gubernatura y en Veracruz la lucha por las alcaldías, pero la elección que resume la joya de la corona fue el Estado de México, entidad en la que el PRI ha gobernado por más de 80 años y que todo indica, los tricolores no van a dejar ir este amargo triunfo.

La realidad nos indica que la lucha por la gubernatura de la entidad mexiquense fue brutal y encarnizada. Las dos principales fuerzas postulantes como lo fueron el PRI y MORENA se dieron con todo, pues entre acusaciones, descalificaciones, y hasta militantes desaparecidos fue como se dejaron ver los comicios este 4 de junio pasado.

Al final de la jornada los dos punteros, Delfina Gómez de Morena y Alfredo del Mazo del PRI, se declararon ganadores absolutos de la contienda y entre ellos un PREP del Estado de México que arrancó lento y titubeante, pero que durante más de 4 horas marcó a la candidata morenista como puntera, hasta que por eso de las 22:00 horas, el titular del Instituto Electoral del Estado de México, Pedro Zamudio, dio a conocer el resultado del conteo rápido el cual, marcaba como ganador de la contienda al priísta Alfredo del Mazo, además de que Zamudio fue enfático en remarcar que la ventaja sobre la candidata de Morena era amplia en términos estadísticos.

Un fuerte golpe anímico al desarrollo de los comicios electorales resultó el anuncio que salió a ofrecer Zamudio a los medios, ya que en ese momento el PREP marcaba aún como puntera a Delfina Gómez, estadística que se revirtió completamente a eso de la una de la madrugada del lunes 5 de junio. AMLO salió a realizar declaraciones de triunfo y después de defensa del voto por medio de videos en la red social Facebook, pero la desangelada fiesta del PRI ya estaba en marcha.

Con un escenario medio vacio, Alfredo del Mazo agradeció a sus colaboradores y familia, en especial a su esposa con la que se besó en un templete adornado con mantas y pantallas led que festejaban el triunfo del tricolor, pero con una asistencia pobre y sin mucho ánimo a los que una rubia animadora trataba incesantemente de encender para que el barullo pareciese más fuerte.

Por el lado contrario, la candidata de Acción Nacional al gobierno de la entidad, Josefina Vázquez Mota, daba una conferencia de prensa rodeada de su equipo y con una inocultable rabia, reclamando las acusaciones vertidas en contra de su familia y de ella misma, pero lo que era realmente notable, es que la verdadera perdedora de estos comicios fue la excandidata presidencial, ya que al comenzar la carrera por el Estado de México se encontraba en la segunda posición de las preferencias y cayó hasta la cuarta posición por debajo del perredista Juan Zepeda, quien es el que más ganó o cuando menos eso es lo que se logra apreciar desde la lejanía.

La triste realidad de esta contienda radica en la incesante desconfianza que la sociedad ha mostrado a la autoridad electoral, la constante sospecha de un fraude en contra de la oposición, el desprestigio ganado a pulso por los institutos electorales y con ello, el fantasma del fraude rondando cerca de las casillas de votación.

Es importante analizar el desarrollo de este proceso electoral en particular, ya que no por nada es catalogado como el laboratorio electoral rumbo a la elección presidencial del año venidero y es que, si López Obrador incurre nuevamente en el ya clásico argumento del fraude, su credibilidad será mancillada con toda facilidad, aunque dicho argumento tenga el sustento de ejercerse, lo que debe hacer Andrés Manuel junto a su equipo, defender la votación a favor de su candidata, pelear férreamente lo que creé es el resultado, irse por la todas las vías legales a su alcance o en su defecto, la elección del año entrante ya está perdida desde hoy.

Es indudable que los factores que más cooperaron para que el PRI vaya encabezando los comicios del Estado de México, son factores muy cercanos a la campaña encabezada por Juan Zepeda y este estigma, junto al amasiato entre PRD y PAN, puede ser una dolorosa factura para el sol azteca en 2018. @IsraelQDigital

 

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