Campañas presidenciales.

CALEIDOSCOPIOS

Dr. Eliseo López Cortés

Desde 1934, el candidato a la Presidencia de la República por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), hacía giras por todo el territorio de la nación, supuestamente para conocer las problemáticas regionales; las giras tenían un promedio de un año de duración o al menos muchos meses. En realidad, estas giras implicaban hacer negociaciones con las clases dominantes, tanto políticas como económicas, o sea con oligarquías regionales, caciques locales, intermediarios políticos y empresarios para alianzas futuras con las élites de las sociedades regionales y renovar apoyos locales de los sectores obrero, campesino y popular.

Esta negociación entre agencias políticas estatales y estructuras políticas regionales, tenía por objetivo restablecer alianzas con élites y oligarquías locales, así como ensamblar proyectos políticos estatales con la estrategia sexenal en turno, haciendo viable el gobierno y la gobernabilidad nacional; así funcionó el régimen autoritario desde 1934, hasta 1994.

Ello permitió el desarrollo estabilizador desde 1946 hasta 1970, porque se negociaban en la gira presidencial, las articulaciones entre la clase política dominante estatal y la clase dominante económica (empresarial principalmente) a nivel regional. Ello implicaba un manejo geopolítico nacional eficiente en las distintas sociedades regionales del país.

Pero desde el año dos mil, ello se desdibujó y la supuesta alternancia democrática, convirtió a muchos Estados en feudos estatales, o grupos de presión desligados del control central y la nueva negociación política se hizo “a distancia”; el aparato estatal no controló varios gobiernos estatales, que siguieron ligados el PRI e hicieron alianzas con grupos informales locales (carteles, etc.) disparando la inseguridad.

Las campañas se transformaron en tele-digitales o sea a distancia; ello implica que los candidatos presidenciales no conocen el país a fondo y sus propuestas ignoran globalización, geopolítica y gobernabilidad, sin estrategias viables de gobernanza y gobierno, ni plataformas programáticas e ideologías.

l.osos@live.com

 

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